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martes, 1 de febrero de 2011

De la muerte... o de la vida

Hoy amaneció un día verdaderamente lindo. Soleado, brillante... claro. Desde hace 3 días q tenia pendiente escribir sobre la muerte, o digamos el paso de esta vida para otra, mas entre una cosa y otra no tuve ni tiempo ni la calma para hacerlo coherentemente.
Desde que deje mi familia, mi antigua vida, mi país, pareciera que una fuerza distinta hubiera crecido dentro de mi. Algo como hacer "tripas corazon" y sobrepasar momentos de debilidad y soledad que normalmente un abrazo hermano o la brisa salada de mi tierra curaría. Mas al estar tan lejos, tus defensas, tus emociones, tienen que se recomponer... ajustarse a este nuevo entorno. Es olvidarse de esa cueva que anteriormente utilizaba para manejar o controlar mis emociones (miedos, rabia, frustación) y luchar contra todo y contra nada. Aquí me encaro con un nuevo amor... uno real, maduro, vivido, donde no era yo la que mandaba o controlaba a mi feitio... tocaba conversar, discutir... aprender a lidiar con idioma, costumbres, climas... ni hablar de lo que acarrea aprender a convivir con una pareja. Si en mi vida jamas había compartido siquiera una cama, de un momento a otro el se convierte en mi único amigo, familia, amante a kms. de distancia...
Ya van casi 6 años, buenos, magníficos... años de muchísimo crecimiento y pocos sufrimientos. Años en que he encarado la muerte, la partida de este mundo tan cerca... tan de cerca como jamas en los 30 años anteriores lo hice. Ver de cerca el fin de la vida y esa decadencia enfermiza de los últimos días que anteceden la muerte. Vivo rodeada de muchos ancianos en la zona donde vivo. Ancianos q rondan los 80 años o mas. Personas que ya encaran la vida con resignación y algunas veces con tanta nostalgia por las cosas pasadas que no regresaran que esperan que su fin llegue lo mas rápido posible . Vi a mis suegros llegar al fin de sus dias y morir de una forma serena, rodeados de su familia. Personas que tenian mas de 85 años y que habian vivido sus vidas con orgullo y entereza. Pareciera que aceptaran o hasta esperaran ya con prisa la llegada de su hora. Ver limitada su movilidad, su independencia... la ausencia de sus amigos que ya partieron...
Mas también he sentido el milagro de la vida crecer en mi interior por dos oportunidades. Dos milagros saludables, hermosos... pedazos de mi alma y de mi cuerpo... son mi herencia, mi reencarnación futura. Mi hijos amados.
Mas esa maternidad trajo consigo tantos recelos... tantos miedos e incertezas. De esos que jamas sentí, confortada por el ingenuo egoísmo que la soltería acarrea. Miedo de que les pase algo, de tener la plena certeza que sin alguno de ellos media Carla moriría, y digo media porque la otra mitad solo viviría para recordarlos y seguir amándolos con locura. Miedo de que me pase algo a mi y no los pueda acompañar en el trozo de vida donde una madre siempre hará falta. Miedo de que mi grande amor falte y no sepa encarar sin el la educacion de ellos y mi vida sin el... aqui, medio mundo lejos de mi "casa", de mi gente, seria tan difícil, tan triste... ese miedo a perder nuestra complicidad, nuestros planes futuros, el crecimiento de nuestros hijos.
Estos pensamientos vinieron a mi particularmente por dos cosas: El tuvo una pesadilla donde se veía con cáncer y quería dejarnos bien sin el estar... ya andaba pensando en mandarme con los niños para Colombia y cosas asi. Se desperto todo asustado mientras yo le daba de mamar al bebe y ni me queria contar que habia soñado. Mas sueños, son sueños. Lo que realmente me movio el piso fue leer en un blog que hace rato seguía, un post donde la escritora describía un funeral... esa realidad, aparentemente ajena a mi, me lleno de miedo, inseguridad, llanto en plena madrugada al abrazar a mi samurai y sentir su calor.
Esa "pensadera" es incomoda... sobretodo de madrugada donde se ven y sienten las cosas mas fuertemente. Mas yo creo en Dios, creo en que mi vida continuara después de mi muerte de otra manera, una parte a través de mis hijos, otra se transformara. La energía no se pierde, se transforma. Y pienso que el amor es una energía que nunca se quedara bajo tierra o convertida en cenizas. Mas los que se quedan aquí en la tierra, sin "esa" persona... eso creo q es lo mas dificil. Pido a Dios q esa bloguer tenga la fuerza y la entereza para seguir adelante... Dios la bendiga y nos bendiga. Amen

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