Bueno, vamos a desempolvar este blog que ya esta llenándose de telarañas. Desde el viernes llego una virosis a casa. Sofy con vómitos, fiebre y ronca, diagnostico: laringitis. Sofia recuperándose y el domingo comienza Raul, fiebre alta y solo quiere estar cargado, caca a oler mal y mucha. Diagnostico: virosis gastrointestinal. Resultado: estamos desde el viernes con el corazón chiquitico y con muy pocas horas de sueño.
Una de las cosas (sino la única), que me atormenta de tener dos hijos, es la imposibilidad de atender a los dos cuando alguno, o ambos están enfermos. La vez que estuvo Sofy internada, parte de mi angustia era el no poder estar con mi bebe, y en estos días el que uno me pida que lo cargue y no poder hacerlo porque ya tengo otro lleno de fiebre cargado, abrazado a mi, me partía el corazón. De poco sirve el papá cuando mi chiquito solo repite mamá, mamá y llora si intento cambiarlo de brazos. Gracias a Dios ya pasó. Ahora reforzar la alimentación para recuperar el peso que perdieron, y sobretodo irme preparando que esto apenas comienza.... Bienvenido Otoño. Esperemos que con el favor de Dios esto no se repita mucho.
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